Guije.com Repartición Territorial (Mercedes) y del Fomento Agrícola en «Historia de Trinidad» en Ciudades, Pueblos y Lugares de Cuba


Repartición Territorial (Mercedes) y del Fomento Agrícola, Historia de Trinidad, Las Villas, Cuba


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Historia de Trinidad


El Municipio de Trinidad
“Historia de Trinidad”
“Parte Segunda”
“Capítulo V”
“De la Repartición Territorial (Mercedes) y del Fomento Agrícola”
Ciudades, Pueblos y Lugares de Cuba

“Sumario : Frecuencia de los incendio. -Medidas procedentes contra ellos. -Vegas de tabaco. -Agencia compradora. -Disposiciones sobre la calidad del tabaco. -Creación de las Anotadurías de hipotecas. -Dotación de los cargos de Tenientes de Gobernadores. -Retribución de los Escribanos. -Concesión de "mercedes" por los Ayuntamientos. -Principales mercedes de terrenos. -Incedio de 1793. -Regulación del precio de los alimentos. -Construcciones de guano y de mampostería. -Número de habitantes.


“Volvemos a la exposición de las noticias históricas que anteceden, y, ampliando el tema de los incendios diremos que, el cabildo acordó, en primero de abril de 1735, oída la proposición del Lícenciado Don Antonio de Sosa, Abogado de las Reales Audiencias de México y Santo Domingo, Cura Rector de la Santa Iglesia Mayor Parroquial de esta Ciudad, nombrar, a San Juan de Dios, Patrono para que intercediese, como tal abogado, en los incendios y, evitara "los continuados fuegos que se experimentan de dos años a esta parte"; disponiéndose, de acuerdo con el propio acuerdo, en Cabildo celebrado el día 2 de marzo de 1753, que se "labren algibes", con lo que se proveyó el abasto de agua y se pudieron con eficacia, atajar otros incendios en ciernes.


“Tornaron mayor incremento, desde principios del siglo XVII, los cultivos en las estancias cercanas a la Villa y en las márgenes de sus ríos, y aumentaron las vegas de tabaco, por lo que, en 1717, estableció una agencia compradora Don Manuel de León, como se había hecho en Santiago, Bayamo y San Juan de los Remedios, que dio origen en Trinidad, a algunas protestas fomentadas por emisarios de otros lugares a causa del bajo precio de la hoja. El cabildo trinitario trató, en sesión de 27 de enero de 1730, sobre este asunto, pregonando en un bando que: "Se previene a los cosecheros de los tabacos, que lo hagan y entreguen de buena calidad que sea de dar... sin faltarle al manojo una hoja de las ciento que debe tener y que no cojan ni entercien tabaco de deshecho con el ánimo de mezclarlo con el bueno, sino que lo hagan separado y no para embarco, sino tan solamente para venderlo aquí a los moledores de tabaco para polvos bajo de las penas de pérdida del tabaco y de treinta ducados al labrador que los vendiese, considerando que tales labradores son unos pobres, y de sesenta ducados, al mercado que los comprase para embarcar; y que, de reincidir por segunda vez, se procederá contra los mencionados labradores y mercaderes como lo hubiere lugar por derecho". ¡He aquí los orígenes de la economía criolla planificada, tan rica en jugosas e ilícitas granjerías!


“En el propio Cabildo se pidió al Rey "lleve a bien proveer de remedio para que de la provincia de Guayaquil no vaya a Panamá tabaco en rama que en ella se labraren por el grave perjuicio que padecerán todos los vecinos de esta Isla de Santiago de Cuba, y, principalmente, LOS DE ESTA CIUDAD, con cuyo fruto y comercio pasan y se mantienen con cortedad..."; tomándose, en definitiva, resolución conminatoria, haciéndole saber al Capitán General del Reino de Costa Firme y ciudad de Panamá que "sirve no permitir en aquella Ciudad ni en los demás puertos de Gobernación los tabacos de Guayaquil, en tanto que S. M. (que Dios guarde) declare, en vista de este acuerdo, lo que sea de su real agrado".


“Lo cierto es que los Regidores trinitarios de la época señalada prestaban protección a la industria local. Idéntica finalidad, de orden previsor y de beneficio al vecindario, contiene el bando que, como todas las disposiciones para conocimiento del público de la época; se publicó a "voz de pregonero y a son de caja de guerra", del Teniente de Justicia y Guerra, Capitán Don Agustín de Chávez, disponiendo que los vecinos, podían engordar sus reses para el abasto público en los potreros de Jibacoa, en los meses de las grandes secas, porque, resultaban insuficientes las haciendas de la jurisdicción.


“Respecto a los primeros "cachimbos" azucareros para fabricar "cucuruchos", apareció, en 1757, uno en Cacaibán, del Regidor Don Martín de Olivera, titulado "ingenio". Puede denominarse así, en rigor, el situado en el corral "Magua" de Don Juan Andrés Padrón, Regidor perpetuo por Su. M., Depositario General, que tenía ciento dos negros de dotación y estaba tasado en la cantidad de sesenta y un mil trescientos siete pesos y medio reales, en noviembre de 1798.


“Para la ciudad de Trinidad y Villa de Santa Clara se mandaron crear oficios de Anotador de Hipotecas y Contador de Cuentas Judiciales por Real Cédula de 24 de octubre de 1737 aprobatoria de los nombramientos interinos que hizo el Gobernador, mientras se remataban; y se encargó su cumplimiento por la de 18 de octubre de 1740.


“La dotación de los cargos de Tenientes de Gobernador se estableció en Real Cédula de 19 de junio de 1739, asignando mil pesos para cada uno de los dos Tenientes de Gobernador de Puerto Príncipe y Trinidad, y doscientos, a sus escribanos, consignados en comisos, para obligarlos al mayor celo en la vigilancia de los ilícitos comercios; a cuyo fin, y el del más cabal desempeño de tales destinos, se nombran sujetos a propósito. Fue completado esto con la Real 0rden de 18 de enero de 1758 relativa a la elección de un oficial de Milicias u otro sin sueldo determinado, aunque se le gratificaba con mil pesos anuales, sobre dicho ramo de comisos.


“Sebido es que, a las primitivas donaciones hechas por los gobernadores a los colonizadores para la fundación de las nacientes villas, sucedieron las "mercedes" otorgadas por los Ayuntamientos de dichas Villas, señalándose de las primeras, en el término de Trinidad, la de Jumento (San Sebastián del Asno), después, Fomento en 1556; la merced de Quemado de Angulo, de 1626. Por distintos acuerdos del Cabildo trinitario se otorgaron "mercedes" en los años 1732, 1733, 1734 (ésta fue para criar ganados mayores en el corral Sabanilla), 1737, y 1738 (1).


“Se observa, a través de esta narración, el temple moral de los trinitarios, porque, a pesar de las vicisitudes sufridas, se ofrecen, tras de cada contrariedad con mayores bríos en el propósito perseguido, sin que nada los contuviera. Así, hay que verlos ante el horrible incendio ocurrido el 15 de marzo de 1793, que sembró el espanto y la ruina en las familias y sus propiedades. No se amilanaron, sino que convocaron a sesión extraordinaria al Ayuntamiento para tratar de las consecuencias del siniestro y manera de atenuar los efectos. Se proveyó sobre reparaciones de las casas incendiadas (ascendieron a unas ciento noventa y tres), y se dispuso, en el acuerdo consistorial "remediar el aumento o sobreprecio que se quiera dar a los alimentos de diaria manutención, por ocasión del incendio y escasez, que labora este pueblo". Publicose, además, un "Bando" para que los artesanos y menestrales que se ocupan de hacer cal, no alteren los precios a las obras, ni aumenten el valor de la cal y demás materiales de fábricas. ¡Remotos antecedentes de la economía dirigida, nacidos del bien comunal!


“También se prohibió, por un bando de 17 de mayo de ese año 1793, cobijar las casas con guano, oponiéndose el Síndico por la pobreza del vecindario para adquirir otros materiales de fabricación. Acordó el Ayuntamiento que pasara el asunto al Gobernador para que, atendiendo a la miserable constitución de este pueblo, accediera al dictamen del Síndico.


“Había, pues, en la época a que nos referimos, construcciones de mampostería, pero se tolero el cobijar las casas con guano. A pesar de toda esta calamidad, con las medidas adoptadas y auxilios de la Corte y del Ayuntamiento, la población se repuso, llegando, entonces, a unos mil doscientos vecinos. Estaba tocando ya a nuestras puertas la Fortuna con sus ríos de oro! La Trinidad de guano iba a dar lugar a la opulenta ciudad, cuyas casas son testimonios de nuestras deslumbradoras riquezas pasadas!”



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“(1) Véase el Apéndice No. 2.”




Vistas de la ciudad de Trinidad, en la provincia de Las Villas en las Tarjetas Postales




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Última Revisión: 1 de Mayo del 2005
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