“De los Oficios. -Porque desde la plaza de San Francisco hasta la de Armas, estaba llena de menestrales. En 1584, en que La Habana solo contaba cuatro calles, ésta era la principal de ella. Se llamó antes de la Concepción. La casa de portal plaza de San Francisco frente a la bahía conocida hoy por de Armona (y que es la fonda del León de Oro), fue la casa consistorial; y en ella se ve aun el primer escudo de la ciudad. Compráronse para labrar dichas casas las que fueron de Juan Bautista de Rojas, el año de 1588, siendo Gobernador Gabriel de Luján, y costaron 40,638 reales, como se evidencia de una real cédula en que S. M. aprobó la compra; pero no se acabaron de fabricar hasta el de 1633, que era Gobernador don Juan Bitrán de Viamonte, como consta de una inscripción que permanece en su puerta interior, y desde aquel tiempo hasta el de 1718, sirvieron de habitación a sus sucesores, reservando siempre la sala principal para celebrar los cabildos ordinarios y extraordinarios, como se practica también ahora, porque asisten en ella los tenientes de rey en virtud de real orden con que se confirmó la gracia hecha por acuerdo de este cabildo al Coronel don Gaspar Porcel. Su fábrica es de dos altos y aunque no de la capacidad y buena arquitectura que corresponde a una ciudad tan ilustre y populosa, es cierto que habiéndolas reparado el año de 1745 por la ruina que padecieron en el fatal estrago del navío de S. M. nombrado El Invencible, acaecido el día 30 de junio de 1741 por el accidente de una centella que calló en él y calando el incendio hasta la Santa Bárbara, hizo volar sus aparejos, arboladura y obras muertas, estremeciendo al reventar el casco toda esta población, ha quedado lucido y vistoso su frontispicio con los dos órdenes de arcos de piedra que se le formaron a todo su portal, y sirven de adorno y seguridad a las casas. Las que se compraron para cárcel el año 1661, eran del convento de Predicadores, que hizo venta de ellas a los comisarios de la ciudad. Alférez mayor don Nicolás Castellón, y tesorero de la Santa Cruzada, don Antonio de Alarcón y Céspedes, regidor. En la casa número 44 vivió la señora doña Manuela de Arango, fundadora de los vínculos de Meireles y de Aguiar. En la del número 57 vivió el Conde de Casa Montalvo y estuvo después el conocido café de Copas. Según se deduce de algunos documentos, esta calle después se llamó también de Redes.” |