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Cuba Agrícola






La Pesca Es una Riqueza de Todos
por Federico Gómez de la Maza

Este artículo comienza en página 42
de la edición de Cuba Agrícola de Diciembre de 1934


Los seres humanos han dependido siempre para subsistir de tres fuentes de productos, utilizables como alimentos, que son:

1o. -Los de origen vegetal, en un principio frutos y raíces silvestres, cuyo cultivo, comenzando desde épocas primitivas, y mejorado y aumentado constantemente, dio nacimiento a la Agricultura.

2o. -Los obtenidos de los animales terrestres. Primero fue la caza, y al resultar esta insuficiente surgió necesariamente la crianza para obtener y utilizar sus productos diversos, carnes, leche, huevos, etc.

3o. -Los acuáticos; pescado, crustáceos, mariscos, etc., abundantes en los mares, lagos, y ríos, y logrados mediante la pesca.

Hoy son pocos los frutos silvestres del suelo que pueden hallarse en las regiones densamente pobladas, y el sostenimiento de la humanidad en una gran parte se deriva de los cultivados; que, desde luego, no pertenecen a todos, sino a los propietarios y arrendatarios de las tierras, que los siembran, cuidan y cosechan.

Lo propio pasa con los animales terrestres y sus productos. Exceptuando regiones apartadas y de poca población, la caza no constituye hoy un suministro de alimentos para la mayoría de los humanos. Estos productos animales se logran por la crianza y cuidados en terrenos preparados al efecto, y como es natural, pertenecen exclusivamente a los que a ello se dedican.

Pero eso no pasa con la pesca. Los peces, crustáceos, mariscos, etc., constituyen una inmensa despensa natural Que Sigue Siendo Propiedad De Todos. Cualquier persona puede dedicarse a pescar, o a recoger cualquier otro producto alimenticio obtenible en las aguas, y lo que capture ú obtenga Le Pertenece.

Vemos pues que la pesca es Un Bien Común, un beneficio o propiedad de todos, y que por tanto, Todos Estamos en el Deber de Cuidarla y de evitar, por los medios al alcance de cada uno, que nadie, por falta de comprensión o por criminal egoísmo, la perjudique, usando procedimientos o métodos que aunque puedan brindarle una ventaja personal momentánea, traigan como consecuencia daños graves, como destrucción o agotamiento de especies útiles; que pueden producir indefinidamente, para provecho de todos en general, si se explotan en forma regulada e inteligente, dándoles los cuidados y protección que son precisos para ello.

Ese es el origen de las Vedas o prohibiciones de pesca en determinados lugares o épocas, así como el de las medidas tendentes a evitar el arrojo al agua de substancias nocivas, como los mostos y desperdicios de petróleo, o el uso de sistemas de pesca que destruyan las crías, como los explosivos, los artes de arrastre y las mallas ciegas o pequeñas en las nasas. Los Gobiernos no establecen esas prohibiciones ni castigan tales faltas por capricho, sino después de un detenido estudio, y para cumplir con su misión de proteger y amparar los intereses de los pueblos. Las vedas se implantan en ocasiones porque se nota la escasez o falta de una especie útil en zonas determinadas, y otras para evitar que se pesquen dichas especies en la época de su reproducción, cuando se acercan a las orillas en gran cantidad o se reúnen en fondos próximos que sean adecuados, para realizar su desove. A ningún campesino se le ocurriría matar la vaca o la puerca preñada, ni la gallina buena ponedora, Y Eso Es Exactamente Lo Que Hacen los que Pescan en Tiempo de Veda. Se perjudican ellos en el futuro, por ganar un poco de dinero que pueden obtener en cualquier otra pesca, y perjudican a sus conciudadanos.

El que pesca con explosivos o envenenando las aguas, arruinando un río, laguna, o lugar de la costa, durante largo tiempo, para coger unos cuantos pescados, comete un delito grave de lesa humanidad, y su castigo debe ser severo.

Estamos cuidadosamente observando el desarrollo en los numerosos ríos de la República, en los que se soltaron ejemplares de truchas, para obtener su reproducción en Cuba. La trucha es un pescado valioso como alimento, de exquisito gusto, se propaga fácilmente, y las condiciones de nuestras aguas dulces son adecuadas para subida. Como es lógico, esas truchas, traídas desde los Estados Unidos, o criadas con grandes cuidados, resultan caras, e igualmente cuesta dinero y trabajo el llevarlas a los sitios convenientes. No seria pues justo que nadie las pescara en forma intensiva o ilegal antes de que tuvieran tiempo de reproducirse en cantidad suficiente para permitir su consumo. Por ello se dictó oportunamente una veda amparándolas, pero la mejor de las leyes resulta ineficaz si los propios interesados, que en este caso es todo el pueblo, no cuidan de que se cumpla, denunciando si es preciso cívicamente a los que cometan atentados contra esas disposiciones que amparan bienes que pertenecen a toda la comunidad.



Que la pesca y la utilización de sus productos ocupan lugar preferente en nuestra economía Nacional, se esta demostrando en la presente crisis, pues al disminuir los trabajos de Agricultura e industriales en nuestras zonas costeras o lugares próximos a ella, muchos cubanos que nunca pensaron en depender de la pesca como medio de subsistencia, hoy lo están verificando y obtienen ocupación y alimento para sus familias, y remedio a su situación difícil. Igualmente los que están, laborando en otras actividades, como siembras, crianza de animales etc. encuentran una diversión sana en ir ocasionalmente de pesca, y aparte del rato de expansión de que disfrutan llevan a sus casas pescado suficiente para variar sus comidas usuales.

Para dar una idea de la importancia que tiene actualmente la pesca en Cuba, diremos que en el año fiscal de 1931 al 1932, la producción de pescado y mariscos, y otros productos de nuestros mares y ríos, alcanzó un valor de $2.860.576.04 y su aumento se evidencia con el hecho de que el pescado importado del extranjero, que todavía en el período de 1930 al 31 llegó a 650.180 libras con una valor de $94.905.70, en 1931 al 32 bajó a 139.978 libras con valor de $21.292.60, y estamos muy próximos al momento en que no tengamos necesidad de importar ninguno.

Lo propio pasa en las conservas. Los ensayos que se han hecho en Cuba, y las fábricas que han trabajado en pequeña escala, comprueban que aquí podemos hacer toda clase de conservas de pescado para cubrir nuestro consumo interior, y ahorrarnos el traer latería del extranjero, que siempre resulta cara y además es dinero que deja de circular en la República. Idéntico es el caso de los pescados secos y salados como el bacalao. En ciertas porciones de nuestras costas abunda en forma notable la lisa, que se presta perfectamente para su salazón, resultando un producto alimenticio sano, barato y nutritivo, e igual ocurre con la cherna criolla y algunas otras especies.

Como todos saben, nuestros principales pescados son el pargo criollo, la rabirrubia, la biajaiba, el serrucho, la pintada, el peto y las diversas clases de agujas, la lisa, la cherna criolla, cabras moras, cabrillas, caballerotes, cubera, cají, mojarras, pataos, curvinas, varias clases de roncos, jiguaguas, cojinúas, chicharros y sardinas, majúas; del alto son el voraz, cachucho, pargo del alto, sesi arnillo o pargo azul, y otras muchas especies marinas. Entre los de agua dulce la Biajaca, Guavina, Anguila, Joturo, el Robalo abundante en las bocas de los ríos, etc. En Quelonios la tortuga de embarque o “jaco”, la caguama de gran tamaño, el carey, y picoteas que se encuentran en casi todos nuestros ríos y lagunas. De crustáceos la langosta, camarones, langostinos, el cangrejo moro, las jaibas, el cangrejo de tierra, etc., y en mariscos el ostión, almejas, siguas, longorones, pulpos, calamares, y otros. Esta relación permite apreciar la abundancia de nuestra Fauna Marítima y Fluvial, y la riqueza que representa, bien atendida y aprovechada.




Algunos Peces Cubanos en las Postalitas del Zoológico



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Última Revisión: 1 de Junio del 2004
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