Guije.com Cómo educa la República a los habaneros, y cómo los educó la colonia en Historia Local de La Habana.

Cómo educa la República a los habaneros, y cómo los educó la colonia. Bandera de Cuba

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Cómo educa la República a los habaneros,
y cómo los educó la colonia
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Lección 51

“Tú puedes, niño querido, considerarte feliz. Vives en una grande y bella cuidad, con todos los adelantos de la civilización. De que crezcas fuerte y saludable, se ocupan muchas instituciones. Y apenas cumples cuatro años concurres a un kindergarten, donde una bondadosa maestra, que más que maestra es compañera de juegos, te enseña muchas cosas entretenidas y útiles. Irás más tarde a una escuela primaria elemental, en la cual permanecerás por lo menos seis años. De la escuela elemental pasarás a la primaria superior. Vencidos tus estudios en este centro, sin que haya tenido tu buen padre que hacer ningún desembolso, a menos que hubieras asistido a una de las escuelas que llamamos privadas, será hora de tomar una determinación acerca de tu futuro.


“Dejaste la escuela primaria superior, y posees aptitudes y conocimientos para iniciarte en cualquier oficio. Puedes desempeñar cargos de importancia relativa, en comercios y oficinas. Estás en situación de acudir, con tu trabajo, en ayuda de tu hogar. Pero puede que desees seguir estudiando, para desempeñar cargos y empleos de alguna importancia y responsabilidad, o para ejercer alguna profesión.


“Si tus deseos, niño querido, son los expresados al final del párrafo anterior, el realizarlos no resulta imposible, aun cuando seas pobre. Pagando muy poco, o con gasto módico, podrás ir a la Escuela Normal para Maestros, o a la Escuela de Pintura de San Alejandro, o a la Escuela de Comercio, o a la de Artes y Oficios, o la del Hogar, o a la de Periodistas, o a la Granja Agrícola, o a la Técnica Industrial; y yo no se a cuantos lugares más. O vas a un Instituto de Segunda Enseñanza, de los cuales tienes tres en La Habana, y te haces bachiller, que es el paso previo para llegar a la Universidad de La Habana, donde enseñan para ser médico, abogado, dentista, farmacéutico, veterinario, pedagogo, ingeniero, arquitecto, o doctor en ciencias naturales, en filosofía, en ciencia físico-química, etc., todo lo cual es cosa de mucho prestigio y provecho.


“Pero no fue siempre, niño querido, del modo que va dicho en las cosas del aprender. Tú ignoras lo difícil que era a un niño habanero, en ocasiones, el instruirse; o lo costoso que le resultaba casi siempre.


“En los primeros años de fundada, La Habana no podía ufanarse de algo que se pareciera a una escuela. El primer establecimiento de esta clase que se recuerda es el de los Padres Belenitas, fundado en el siglo VXIII, donde se enseñaba lectura, escritura, cuentas, que es como decían a los principios de aritmética, y religión. El colegio se sostenía con un legado de Juan Francisco Carvallo, que murió en 1718, y las clases eran gratuitas.


“La Sociedad Económica de Amigos del País, al fundarse en 1793, se propuso cuidar de la enseñanza. Se encontró con los Belenitas, con 200 alumnos, y con 7 escuelas de varones y 32 de hembras. Hemos dicho escuelas, cuando debíamos haber dicho escuelitas, con el significado que hoy damos al vocablo. La enseñanza que se impartía era gratuita, o mediante el pago de pequeña cantidad, y las asignaturas que se estudiaban eran las consabidas doctrina, por otro nombre religión; la lectura, la escritura, y las cuatro reglas, otra manera de llamar a las cuentas, es decir, lo poco de aritmética digno de aprenderse. Lo que acabamos de decir tenía su excepción: la escuela del pardo Meléndez, donde se gastaban el lujo de enseñar gramática y ortografía.


“Desde 1793, como ya dijimos, la Sociedad Económica de Amigos del País hizo esfuerzos en favor de la enseñanza, habiendo encontrado los mismos la oposición del Obispo Tres Palacios. En 1816 la sociedad creó una sección de Educación, y obtuvo la protección y apoyo del Gobernador Las Casas, y la del Intendente Alejandro Ramírez.


“Los esfuerzos de la Sociedad Económica a veces fracasaban, ante la carencia de recursos. Recibía $100 mensuales del Ayuntamiento, y costeaba escuelas de varones y 2 de hembras. En los conventos había 9, pero parece que "los frailes no tenían mucho empeño en la enseñanza primaria". Hasta la escuela de los Belenitas había decaído. Y a todas éstas el Estado, digamos España, en cerca de trescientos años no había destinado un duro para la enseñanza de los habaneros.


“Estas consideraciones que te vengo presentando, querido niño, se refieren a las escuelas gratuitas, y a aquéllas en que se pagaba una pequeña pensión. De las privadas tú sabes que en La Habana las había muy buenas, como las que dirigían, a mediados del pasado siglo, Don José de la Luz y Caballero, y Rafael María Mendive, el maestro tan querido de Martí.


“Voy, antes de concluir, a darte algunos datos para que te des cuenta de la atención que en la colonia se daba a las escuelas.


“En 1863 La Habana gasto en la enseñanza 54,032 pesos fuertes, pero el Estado, con 25 millones de presupuesto, no contribuyó en lo absoluto a esa atención. En 1880 ayudó, con $10,000, a las necesidades escolares en toda la isla.


“En más de una ocasión el gobierno español trató de suprimir la Universidad y los institutos. No veía con agrado que la mayoría de los que pasaban por sus aulas se sumaran a los que deseaban para Cuba libertades y derechos.


“Y para terminar: yo se que tú conoces muchas cosas abominables de Weyler, pero acaso ignores que mandó a cerrar todas las escuelas públicas, o municipales, que se les decía entonces.”



Lección 50: Componentes de la población local, y causas de su gran incremento durante la República

Lección 52: La Habana, ciudad limpia y saludable





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Última Revisión: 1 de Octubre del 2006
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