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Apuntes Históricos
del Término Municipal de La Habana
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Escudo Municipal del Término de La Habana.
Escudo Municipal
Término de La Habana

Apuntes Históricos del Término Municipal de La Habana

“La Cabecera del Término Municipal de La Habana, es la esplendorosa y hospitalaria ciudad de San Cristóbal de la Habana, prodigio de los trópicos, "orgullo de sus hijos y deleite de sus visitantes", que al decir de Dávila Oregón, Capitán General que fue de la Isla de 1664 a 1670, era "el más precioso engaste de esta rica presea de la corona española, y la más estimable concha de esta occidental margarita"; de la que dijera Humboldt, que es la más alegre, pintoresca y encantadora de las ciudades, y según el gran periodista norteamericano William Phelon, uno de los lugares más hermosos del mundo que había visto, después de cansarse de recorrerlo. Cuna del verdadero superhombre, grande y viril, poseído del secreto de su excelencia en comunión con Dios y con la naturaleza: José Martí, al decir de Rubén Darío en uno de sus más felices momentos de inspiración, y atestiguado por la excelsitud de la viola preclara y eminente del Apóstol.


“El historial del Término Municipal de La Habana queda concretado al de la ciudad maravillosa, pues, ella fue y sigue siendo el centro que abarca, actualmente, en su extensión territorial, la casi totalidad del territorio del Municipio.


“En nuestros Apuntes Históricos sobre la Provincia, al considerar a la ciudad como Capital de esta entidad política, trazamos, si bien dentro del limitado espacio que nos fue posible, lineamientos cuyo conjunto forman, si no la historia por demás interesante de su nacimiento y desarrollo, una síntesis de su progresivo desenvolvimiento, caracterizando cada dato, en el orden cronológico de la exposición, la importancia destacada que tuvo en todas las épocas en la vida de la Nación, y muy especialmente en la de la porción centro-occidental, una de las dos divisiones territoriales en que a partir del 8 de Octubre de 1607 quedó dividida la Provincia Española de la Isla de Cuba; luego, del Departamento Occidental, uno de los tres Departamentos de la división territorial de 1821 hasta 1878, y finalmente, de la Provincia de La Habana, a partir de esta última fecha hasta nuestros días.


“El Municipio de La Habana, desde el definitivo emplazamiento de la ciudad (año de 1519) en el lugar que ocupa hoy, abarcó una considerable extensión territorial, en virtud de haber sido, el primero creado en la región occidental de la Isla. Abarcaba su jurisdicción, aunque sin límites precisos, más territorio que el que actualmente ocupa la Provincia de La Habana. A medida que se fueron creando pueblos y ciudades, fue gradualmente mermando su territorio, al objeto de ir creando nuevas entidades políticas que facilitaran el desarrollo regional de las diversas localidades, y con el fin de estructurar, dentro de los preceptos del Derecho Público, una institución de más elevada jerarquía, que vino a ser la Provincia de La Habana.


“Haciendo un estudio conjunto de la creación de los otros 25 Términos Municipales de la Provincia, cuyos Apuntes Históricos aparecen en diferentes páginas de este libro, comprobamos, cómo sus territorios fueron segregados, ya directamente del de La Habana, bien de aquellos otros que a su vez ya lo habían sido de la madre prolífica que a tantos hijos dio la vida.


“Hoy, el Término Municipal de La Habana se reduce a la extensión de 113 kilómetros cuadrados y su población es de 568,913 habitantes. En 1887 contaba con 200,448 habitantes, lo que indica, que en poco más de medio siglo su población se ha casi triplicado. Situado en la costa Norte de la Provincia de su nombre, limita por el Oeste con el Término de Marianao: por el Sur con los de Santiago de las Vegas y San Antonio de las Vegas; por el Este con el de Guanabacoa, y por el Norte con el Golfo de México. Solamente cursan su territorio el Río Almendares, límite con los Términos de Marianao y Santiago de las Vegas, y el arroyo Luyanó, de escaso caudal. El territorio es suavemente ondulado, distinguiéndose las alturas del Príncipe, Atarés, Mazo, Chaple, La Cabaña, y otras de la misma relativa elevación.


“La ciudad de San Cristóbal de la Habana, Cabecera del Término, por su condición de Capital de la República, además de ser sede del Gobierno del Estado y centro de todas las más altas instituciones de carácter cultural, benéfico, militar, etc., etc., y de todas las manifestaciones intelectuales, sociales, políticas, artísticas y literarias de la nación, y eje de las actividades económicas, es inicio y término de las comunicaciones de la Isla, tanto terrestres y aéreas, como marítimas por las excelencias de su privilegiado puerto, que por sus notables condiciones y posición geográfica, es escala de todas las marinas mercantes del mundo, con un canal de entrada y una bahía con calado y anchura suficientes para el acceso de grandes buques, y con muelles de magnífica y sólida construcción. En los últimos años, hasta 1939, el número de pasajeros que llegaba al puerto de La Habana oscilaba entre 200,000 y 380,000.


“Su clima benigno y agradable; el carácter jovial y comunicativo de sus hijos; la belleza de sus paseos y avenidas y de sus repartos residenciales; sus magníficos hoteles y teatros, cafés al aire libre, así como la fácil e inteligente coordinación de sus múltiples vías de comunicaciones interiores, y el hecho de ser el punto de partida y terminal de todas las comunicaciones de la Isla, hacen de la ciudad de La Habana, el centro del turismo. Está comunicada con todos los barrios del Término y con los municipios limítrofes, por una vasta red de tranvías, ómnibus, automóviles y camiones que mantienen un continuado, cómodo y rápido movimiento de pasajeros y de carga.


“En los aspectos cultural e intelectual, económico, industrial y comercial, su florecimiento es prodigioso; no en vano ha venido siendo desde hace ya largo tiempo, sede de importantes congresos y conferencias internacionales, y su desarrollo comercial e industrial alcanza grandes proporciones. La instrucción pública se halla en el más alto grado de la evolución pedagógica, con su Universidad, tres Institutos de Segunda Enseñanza, Escuelas Normales, Militares, de Artes y Oficios, del Hogar, etc.: Academias de Pintura y Escultura, Conservatorios de Música, y sus cientos de Academias y Colegios particulares de notabilísima importancia.


“La ciudad de La Habana puede considerarse dividida en tres zonas. La de la "Habana Vieja", guarda en su siempre palpitante corazón, signos elocuentes de su tradición gloriosa; vetustos castillos empolvados; antiguas casonas coloniales; templos augustos, plazas y obeliscos; callejuelas estrechas e intrincados callejones; garitas de piedra, trozos de muralla y lienzos de paredes; y conserva su tradicional carácter comercial donde todos los Bancos han levantado sus edificios, algunos de ellos de verdadera importancia arquitectónica; donde existen grandes y lujosos edificios construidos exclusivamente para oficinas siguiendo los lineamientos de la moderna arquitectura norteamericana, con más de 300 apartamientos dedicados a tales fines.


“La Zona Central se caracteriza por sus magníficos hoteles, parques, avenidas y teatros; majestuosos palacios, destinados a los Altos Poderes de la Nación, y otros majestuosos también construidos para fines sociales por la Colonia Española de Cuba. Importantes casas comerciales para la venta al detalle de artículos de lujo centralizadas en las elegantes calles de Galiano, San Rafael y Neptuno, y el grupo de edificios cuyo conjunto armónico constituye la Universidad Nacional, levantados en una plácida y suave meseta, lugar este de posición topográfica admirable. Y en lo que podríamos denominar Zona Exterior, se encuentran, sin que ciudad alguna de esta hermosa América pueda superar en magnificencia: bellos repartos residenciales con ricas mansiones señoriales, paseos suntuosos, bosques artísticos, lagos cristalinos y fuentes luminosas y clubs elegantes, que si bien algunos de ellos no están dentro de los límites del Municipio de La Habana, son debidos al esfuerzo de sus hijos, y a una prolongación de la ciudad prodigiosa que no detiene su marcha de progreso por meros requisitos de jurisdicción territorial. Y, en los barrios exteriores del Municipio cuyos poblados son también una prolongación natural de la Ciudad Cabecera, se encuentran las quintas regionales, beneméritas instituciones alojadas en series de importantes edificios, obra también de la Colonia Española de Cuba.


“El Término Municipal de La Habana está dividido en 43 barrios: Casa Blanca, San Juan de Dios, Santo Angel, Templete, San Felipe, Santo Cristo, San Francisco, Santa Clara, Santa Teresa, Paula, San Isidro, Punta, Colón, Tacón, Arsenal, Ceiba, Jesús María, Marte, San Nicolás, Vives, Chávez, Peñalver, Montserrat, San Leopoldo, Guadalupe, Dragones, San Lázaro, Cayo Hueso, Pueblo Nuevo, Pilar, Atarés, Villanueva, Cerro, Vedado, Medina, Príncipe, Puentes Grandes, Jesús del Monte, Manuel de la Cruz, Luyanó, Arroyo Apolo, Arroyo Naranjo y Calvario.


“Anotamos a continuación, algunos de los más esclarecidos hijos de La Habana que se distinguieron en los pasados tiempos, ya por su saber y por sus luces, bien por sus elevados sentimientos patriótico, y por la poderosa influencia que ejercieron sobre el espíritu y el pensamiento de varias generaciones para la consecución de una Patria grande y libre, ora por la elevada categoría que alcanzaron. Entre ellos: José Agustín Caballero, Félix Varela, Arango y Parreño, Arrate, los Urrutia, Zequeira, Blanchi, las poetizas Mendoza y Alfaro, doctor Vidal Pbro. Mendoza, Romay, Escovedo, Bermúdez, Ponce de León, González, Ayala Sans, Govantes, Menéndez y Sotolongo y Trevejo, Estevez, Escobar, Poey, José de la Luz Caballero, los Del Valle, Conde de Pozos Dulces, Bachiller y Morales, Palma, Jorrín, Estevez, La Torre, Arzobispo Peñalver y los Obispos Palma y Recino, Pinillos, O'Farrill, los Zanrbrana, Millet, Luaces, Montero, Sanguily, Espadero, Mestre, Lanuza, Quesada, Aréchaga, De la Puerta, Matamoros, Benítez, Mendiola, Tagle, Del Rey, Cervantes, Betancourt, Ferrer, Díaz Pimiento, Revillagigedo (Virrey de México), Mopos y Jaruco, Aristizábal, los Montalvo, Araoz, Báez (grabador del siglo pasado), y, el insigne y preclaro José Martí.


“Estos fueron los precursores del progreso nacional; los que marcaron con la huella luminosa de sus respectivas actuaciones, los derroteros por donde debía seguir toda Cuba en la ruta ascendente de civilización, para alcanzar la meta gloriosa donde se enseñorea hoy con timbre de ciudad de primer orden, la pintoresca y alegre San Cristóbal de La Habana.


“La ciudad de San Cristóbal de La Habana, Cabecera del Término Municipal, Capital de la Provincia que lleva su nombre, y de la República, está llena de interés histórico y de románticas leyendas, con su arquitectura española y sus edificaciones coloniales que tan elocuentemente hablan de un pasado que, a través de los siglos, nos expresa con claridad lo que fueron e hicieron nuestros abuelos. Y, el contraste de los vetustos edificios con las modernas construcciones, que imponen en la retina el obligado y violento cambio de variantes policromías, realzadas y embellecidas por el ambiente tropical que, en una prodigiosa combinación nos muestra el encanto maravilloso de la gran ciudad vibrante" de alegría diurna y nocturna, de costumbres simpáticas, hospitalaria y acogedora, indiferente al odio y propicia a las exaltaciones del espíritu en los puros ideales de su excelsa grandeza.


“La Habana mantiene firme su vieja importancia representativa, elevada a la más alta categoría política, y reverdece constantemente los magníficos laureles conquistados con hondo patriotismo y nobilísimos empeños para sentirse siempre ataviada con los magníficos atributos que pregonan su cultura, su hidalguía y su esplendor.”


El Capitolio Nacional en La Habana.
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Última Revisión: 30 de Diciembre del 2007
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