Chef Louis Lafon del Restaurant La Florida (El Floridita) tal y como aparece en el libro “¿Gusta Usted?” por la Cátedra de Clínica Quirúrgica No. 9 de la Escuela de Medicina de la Universidad de La Habana editado en 1956 en La Habana, Cuba. Tratamos de mantener el formato original. Presentamos el texto lo más fiel posible a como aparece en el libro, es posible que efectuemos menores actualizaciones en la acentuación y ortografía.

“Nació en Burdeos, Francia, y desde niño sintió gran vocación por la cocina, aunque su padre, que era fotógrafo, quería que el también lo fuera. Empezó primero por la repostería hasta que obtuvo su mayor deseo, ser cocinero.

“Hizo su aprendizaje en Tolouse y fue después a París, la cuna del buen comer, donde permaneció doce años aprendiendo y perfeccionándose hasta llegar a ocupar durante tres años el puesto de primer Chef del Hotel Magestic. En esa época se consideraba uno de los mejores y más lujoso restaurant de la ciudad y donde mejor se comía antes de la guerra.

“Después de terminada la guerra, donde combatió seis años, siendo prisionero de los japoneses, volvió a París durante cuatro años, después fue al Africa del Sur, donde estuvo tres años de primer Chef del Windsor Hotel, después en Ceptow y de allí vino a Cuba. Hace cuatro años que está en La Habana. Trabajo en el Palacio Presidencial, en casa de la señora Condesa de Revilla de Camargo, en la Embajada Americana, y ahora en el Floridita donde se siente muy halagado, pues sus creaciones han gustado mucho.

“Entre las cualidades necesarias para ser un gran Chef considera que es indispensable una gran perseverancia, mucha memoria, para retener mil detalles imprescindibles en la confección de los platos, sin omitir el tiempo que requiere su elaboración y sobre todo poner gran amor, pues quien no se interesa en su trabajo no podrá jamás sentirse feliz y ver sus obras terminadas lleno de orgullo y satisfacción.

“Sus especias favoritas y las que más utiliza por su gran aroma y sabor especial son el tomillo, el clavo, la nuez moscada y el laurel, y para las ensaladas, el basilic, que le da un sabor peculiar a los aliños.

“Nos cuenta que uno de los momentos más emocionantes de su vida fue durante la guerra siendo cocinero en un barco de transporte de las fuerzas del General De Gaulle. "Una noche en que estaba en el transporte, el "Félix Roussel", con dos mil soldados a bordo, la comida estaba lista para ser servida, hubo una alarma, el barco dio un viraje rápido y toda la comida, platos y cazuelas cayeron al suelo perdiéndose todo, y esa noche la tropa, con gran susto, pero con gran apetito, solo pudo comer jamón frío, galletas y confituras. Pero entonamos hambrientos y felices La Marsellesa y de nuestros labios se escapo un grito de "Vive la France".

“Considera que los pescados y mariscos de Cuba son maravillosos y gustosamente nos da su receta de una nueva creación.”