Esta es la sección que trata con la “Juventud Liberal” en las “Instituciones Sociales” de Matanzas en el ejemplar que tenemos del “Magazine de La Lucha” editado en Cuba. No indica fecha de edición, sin embargo, las últimas fechas en las cronologías y otros datos son de 1923. Muchas de las fotos en nuestro ejemplar se encuentran en estado bastante deteriorado y es imposible poderlas reproducir.

“Una de las instituciones políticas que ejerció en otras épocas mayor influencia en el ánimo de los matanceros para que los hijos de la gentil Yucayo se aprestasen a la obra de redención, fue el Círculo Liberal de Matanzas, asociación creada por los elementos más prestigiosos de esta provincia.

“Más elocuente que todo aquello que podamos decir, oigamos la palabra autorizada de uno de sus fundadores que se dejo escuchar en años atrás por medio de una revista conmemorativa del restablecimiento de nuestra soberanía Patria y que es el señor Federico Maza.

“Después de la década gloriosa que se inicio con el grito de rebelión lanzado por el egregio patriota Carlos Manuel de Céspedes, en su finca "Demajagua", el 10 de Octubre de 1868, y terminó en 1878 con el pacto del "Zanjón", la isla de Cuba yacía sumida en la postración que produce el exceso de labor, y los pocos cubanos que laboraban en el campo de la política, prestaban su concurso al Partido Autonomista; cúpole entonces a Matanzas el honor de ser una de las provincias que recordáramos que teníamos un deber que cumplir: Matanzas dio la señal que indicara que el Zanjón no era el fin de la jornada, sino una tregua; y en 1886 se creo en esta capital matancera el primer Círculo Político con tendencias marcadamente separatistas.

“Brevemente relatare -escribió el señor Maza- el origen del Círculo de la Juventud Liberal de Matanzas, simpática institución que ejerció influencia notoria en revivir el sentimiento genuinamente cubano, medio amortiguado por las predicaciones autonomistas, no solo en esta provincia sino en el resto de la Isla, por lo que su nombre merecerá ser recordado con gratitud por los cubanos, y ocupará un lugar honroso en la historia de Matanzas.

“En el año citado se reunían en la antigua Plaza de Armas, diversos jóvenes amigos que trataban de los asuntos políticos de actualidad, los cuales eran comentados siempre con pasión y apreciados con criterio radical. Siendo el lugar impropio para las discusiones que a diario surgían, se nos ocurrió a José Irribarren, Jorge Trelles, Mario Lamar y al que estas líneas escribe, fundar una modesta sociedad, donde nos reuniéramos, y en cuyo seno se pudiesen tratar con amplitud y comodidad, los asuntos políticos y sociales que agitaban nuestra patria.

“Acogida con calor la proposición por nuestros íntimos amigos, tuvimos la luminosa idea de comunicarla al primero de los literatos matanceros. Nicolás Heredia, gran escritor, orador muy elocuente y novelista insigne. Heredia aplaudió nuestro propósito, y en vista de la buena acogida que nos dispensó, lo invitamos a una reunión preparatoria, que se celebró en mi casa, calle de Contreras núm. 95, a la que acudieron, en la tarde de un domingo, diez y nueve personas, entre las que recuerdo a Joaquín Juan de la Cruz y Saúl Alsina, Jorge Enrique Sanz, Jorge y Carlos Trelles, Pedro, Alberto y Mariano Lamar, Miguel y José Irribarren, Francisco Sorondo, Emilio Quirós, Mateo Fiol y Matías Hernández, etc., etc.

“Rogamos a Heredia que ocupara momentáneamente la Presidencia, para nombrarlo en propiedad, y después de ligeras discusiones se acordó fundar un Círculo titulado La Juventud Liberal, desligado del Partido Autonomista, en el cual se propendiera a coadyuvar a las libertades de Cuba y a vigorizar el cuerpo de los asociados, con toda clase de ejercicios físicos, como así se consignó en el Artículo I del Reglamento, redactado por Heredia.

“Los iniciadores de la "idea" quedamos verdaderamente asombrados del entusiasmo con que en toda la ciudad se acogió la creación de la nueva sociedad. A la semana celebramos otra reunión en los bajos del "León de Oro" a la que concurrieron más de cien personas; iniciándose una suscripción que se elevó a unos siete mil pesos. A los dos meses nos encontrábamos instalados en los elegantes salones de los altos del café "La Diana" o séase el segundo piso en donde hoy se halla instalada al edificio del Instituto de Segunda Enseñanza, contando ya con unos trescientos asociados.

“Por su hermosa tribuna regalada por Saúl Alsina, desfilaron los primeros oradores que tuvieron el valor cívico y el patriotismo de exponer a la faz del mundo las ideas que abrigaba Cuba primera vez en la Isla, en las mismas bocas de los fusiles españoles y en aquel memorable Círculo, se le hizo saber a la exmetrópoli que estábamos cansados del coloniaje.

“El doctor Valdés Domínguez, Nicolás Heredia, Antonio Zambrana (al principio) y Manuel Sanguily, fueron los apóstoles que predicaron sus doctrinas de redención, en aquel memorable Círculo, y dijeron hasta la saciedad que no éramos españoles y queríamos ser cubanos...

“Esta propaganda constante y la negativa dada por su Directiva a la Junta Central Autonomista, de llamarse Círculo Liberal Autonomista, fueron causa de que las autoridades españolas lo mirasen con recelo, y durante la inolvidable noche del 27 de Noviembre de 1887, en momentos en que el señor Sanguily apostrofaba a la sociedad habanera por haber permitido el fusilamiento de los estudiantes de Medicina en el año de 1871, el Gobierno, aprovechando la oportunidad y valiéndose del señor Gonzalo Montalvo, Conde de Macuriges, Secretario del Gobierno Civil, Delegado del Gobernador y cubano de nacimiento, declaró suspendida la reunión.

“Las últimas palabras emitidas por el señor Sanguily esa noche, con motivo de dicha suspensión, fueron olas también últimas fra­ses pronunciadas en aquel recin­to, y merecen recordarse. "Al ti­rano, se le ahorca o se le aplau­de" y aplaudió para conjurar la tormenta que se cernía en aquellos instantes sobre los que asistían a ese acto patriótico.

“Estos son a grandes rasgos, los detalles más interesantes del Círculo Liberal de Matanzas que a partir de aquel día no pudo se­guir funcionando debido a la opo­sición que hicieron las autorida­des coloniales.”