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Gobierno del General Fulgencio Batista y Zaldívar. Bandera de Cuba

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Historia Elemental de Cuba
por el Dr. Ramiro Guerra y Sánchez
Capítulo XXVI

Capítulo vigésimo sexto del ejemplar que tenemos de la Octava Edición de “Historia Elemental de Cuba” por Dr. Ramiro Guerra y Sánchez editado en la década de 1940 por Edición Cultural S.A. en La Habana, Cuba. Tratamos de mantener el formato original. Presentamos el texto lo más fiel posible a como aparece en el libro, efectuando menores actualizaciones en la acentuación y ortografía. Hemos suprimido algunas imágenes debido a que ya nuestra copia no las presenta lo suficiente definidas para poder reproducirlas.


CAPITULO VIGESIMOSEXTO
BREVE RESUMEN HISTORICO DE CUBA
DESDE LA CONSTITUCION DE LA REPUBLICA

Gobierno del General Fulgencio Batista y Zaldívar

“249. Gobierno del General Fulgencio Batista y Zaldívar. - El nuevo presidente de la república, en su condición de jefe del movimiento del 4 de septiembre, había ejercido una influencia predominante en todos los gobiernos que había tenido Cuba desde agosto de 1933 hasta el 10 de octubre de 1940, fecha esta última en la cual asumió la responsabilidad de dirigir constitucionalmente la nación.


“Entre las obras realizadas por dichos gobiernos por iniciativa de Batista, se cuentan la creación de las escuelas cívico-rurales; la del Instituto Tecnológico de Ceiba del Agua; la del Consejo Corporativo de Educación, Sanidad y Beneficencia (28 de agosto de 1936) con la función de inspeccionar, administrar y gobernar el Servicio Técnico de Salubridad; el Consejo Nacional de Tuberculosis; el Instituto Cívico Militar; la Corporación Nacional de Asistencia Pública, y las escuelas rurales cívico militares. También influyó el Coronel Batista en la aprobación de la muy importante Ley de Coordinación Azucarera (3 de septiembre de 1937).


“La Ley de Coordinación Azucarera aseguró la protección al pequeño colono al reconocer a los de menos de 30.000 arrobas que molieran su caña en totalidad. También los benefició al establecer una moratoria o sea un plazo a favor de los colonos para el pago de sus deudas: al fijar la renta de las fincas rústicas dedicadas al cultivo de la caña, sin que pudiesen ser aumentadas: al disponer la prórroga de los contratos de colonato vigentes al promulgarse la ley, garantizándole a los colonos el llamado derecho de permanencia, o sea que no pudiesen ser privados de sus colonias mientras produjesen la cuota de caña correspondiente a las mismas y pagasen puntualmente la renta. La ley de Coordinación Azucarera otorgó también beneficios a los obreros fijando la parte del valor del azúcar que correspondía a los trabajadores encargados del corte, alza y tiro de la caña, y también los jornales mínimos de los trabajadores agrícolas e industriales de la caña de acuerdo con el precio del azúcar.


“Al asumir la presidencia el Coronel Batista, entró en vigor el precepto constitucional que establece en Cuba un gobierno semi-parlamentario con el cargo de Primer Ministro, alto puesto para el cual el presidente designó al Dr. Carlos Saladrigas.


“Muy pronto, el Gobierno dio publicidad a un programa muy amplio referente a todos los ramos de la Administración. Comprendía la unificación de los servicios públicos creados por iniciativa del Coronel Batista durante los gobiernos anteriores, en los Ministerios correspondientes, la ejecución de obras públicas y de fomento rural y urbano, inclusive la reparación de la carretera central y la construcción de carreteras auxiliares y caminos, acueductos y alcantarillados en ciertas ciudades, y proyectos de obras de regadío y de construcción de almacenes frigoríficos en ciertas zonas agrícolas, para conservar los productos de fácil descomposición.


“Mientras el Gobierno atendía a la ejecución del programa mencionado en el párrafo anterior, no tardó en tener que hacer frente a una grave crisis a los cuatro meses de haber ocupado el poder. Dicha crisis estuvo constituida por la conspiración e insubordinación contra el Presidente Batista de numerosos jefes de las Fuerzas Armadas, en los primeros días de febrero de 1941. La acción rápida y resuelta del Presidente Batista hizo abortar el cuartelazo. Su autoridad como jefe constitucional de las Fuerzas Armadas se consolidó, y con ésta la del poder civil, representado por el primer magistrado de la nación.


“El ataque japonés en 7 de diciembre de 1941 a las islas Hawaii, provocó la entrada de los Estados Unidos en la guerra mundial y planteó a Cuba problemas militares, económicos y de otra variedad de aspectos.


“De acuerdo con la política de la República de Cuba desde que fue fundada, de amistad y solidaridad con los Estados Unidos, el presidente Batista envió un mensaje al Congreso en solicitud de que declarase la guerra al Japón. Así fue acordado el 9 de diciembre, a las 48 horas del ataque japonés a los Estados Unidos. Dos días más tarde, el Congreso, también a solicitud del presidente Batista, declaró la guerra a Italia y a Alemania. Unida a los Estados Unidos y a las demás Naciones en lucha contra las potencias agresoras, Cuba concertó y firmó en la Habana, en 7 de septiembre de 1942, un Convenio Secreto de Cooperación Militar y Naval con los Estados Unidos. Este Convenio fue complementado con otro, también secreto, en 1º de febrero de 1943. De acuerdo con esos convenios, las fuerzas aéreas, navales y terrestres cubanas cooperaron con las americanas durante toda la guerra. Además, Cuba dio toda clase de facilidades a los Estados Unidos para establecer bases aéreas en San Antonio de los Baños, San Julián (provincia de Pinar del Río y el aeródromo de Camagüey.


“Cuba tomó parte activa en la persecución de los submarinos alemanes en aguas cubanas y en los mares próximos. Prestó también su concurso en la formación y custodia de convoyes marítimos para el transporte de mercaderías y de material de guerra entre los dos países. En estas operaciones fueron hundidos por los submarinos enemigos los buques cubanos Manzanillo y Santiago de Cuba, 12 agosto, 1942 y con pérdida de 31 vidas; Mambí, 13 de mayo, 1943, con 23 víctimas, y Libertad, 4 de diciembre de 1943, con 25 muertos y desaparecidos. En febrero de 1942 el pesquero Lolita fue cañoneado en las costas de Yucatán con 2 heridos graves, y en 24 de febrero de 1943, el Minina chocó en las costas de Florida, muriendo un tripulante.


“Tan pronto como entraron en la guerra, los Estados Unidos tuvieron necesidad de grandes cantidades de azúcar y de mieles para el abasto de la población civil y de las fuerzas armadas de los propios Estados Unidos y de las demás Naciones Unidas. También necesitaban ambos productos para fabricar alcohol destinado a la producción de explosivos, caucho sintético, y otros artículos indispensables para la guerra. Por tal razón, los Estados Unidos solicitaron de Cuba que les vendiese el total de las zafras cubanas, excepto la parte que Cuba pudiera necesitar para su propio consumo. El Gobierno y los productores de Cuba accedieron a la solicitud, y en consecuencia Cuba vendió a los Estados Unidos como cooperación de guerra las cuatro zafras de 1942, 1943, 1944 Y 1945.


“Las negociaciones para la venta se efectuaron entre los dos gobiernos, utilizándose para parte de las mismas una comisión americana y una cubana que discutían las condiciones de la venta de cada año. La de los años 1942, 1943 Y 1944 estuvieron presididas por el Ingeniero Amadeo López Castro. Cuba vendió a los Estados Unidos en estos tres años 7.997,589 toneladas de azúcar de a 2,240 libras, cerca de 400 millones de galones de mieles ricas e invertidas y cerca de 700 millones de galones de mieles finales, llamadas mieles de purga, incluyendo en esta cantidad las pertenecientes a la zafra de 1945. Las cuatro zafras de 1942, 43, 44 Y 45 sumaron en total 13.804,648 toneladas de azúcar, el valor de las cuales unido al de las mieles, alcanzó un estimado de $967.874,282.


“El precio de venta de las tres primeras zafras mencionadas fue de 2.65 centavos la libra de azúcar crudo; de 22.70 centavos el galón de miel rica y de 10.35 centavos el de miel final. La zafra de 1945 se vendió al precio de 3.10 centavos la libra. Estos precios fueron bajos, porque Cuba los aceptó como cooperación cubana en la guerra.


“Durante el gobierno de Batista y como consecuencia de la guerra se celebraron varias importantes conferencias interamericanas y de las Naciones Unidas en las cuales tomó Cuba una activa participación. La primera fue la Conferencia Marítima Interamericana celebrada en Washington del 25 de noviembre al 2 de diciembre de 1940 para resolver problemas relativos al transporte marítimo; la Conferencia de Control Económico Financiero celebrada también en Washington del 30 de junio al 10 de julio de 1942 para impedir auxilio económico o financiero a las naciones agresoras: la de Alimentación y Agricultura, ésta de las Naciones Unidas, de 18 de mayo al 3 de junio de 1943 en Hot Spring; la de Socorro y Rehabilitación en Atlantic City, también de las Unidas, en junio y julio de 1943; la Conferencia Interamericana de Comisiones de Fomento en mayo de 1944; en New York; y la Conferencia Internacional Monetaria de Bretton Woods en julio de 1944.


“Además de estas conferencias se celebró también en la Habana la segunda Reunión de Consulta de los Ministros de Relaciones Exteriores en 1940 y otras conferencias importantes aunque no tanto como las mencionadas.


“En todas estas conferencias las delegaciones cubanas realizaron una labor importante.


“El Congreso de la República por la Ley núm. 31 (noviembre, 1941), autorizó al presidente Batista para concertar un empréstito hasta la suma de 25 millones de pesos para la reconstrucción de la Carretera Central y diversas obras de fomento nacional muy necesarias a causa de la guerra. La citada ley dispuso la creación de una Comisión de Fomento Nacional para proyectar, ejecutar y administrar dichas obras. El empréstito fue negociado con el Banco de Exportación e Importación de los Estados Unidos, por una comisión cubana presidida por el Ingeniero Amadeo López Castro, a quien el presidente Batista designó presidente de la Comisión de Fomento. La Comisión, con los fondos del empréstito, comenzó la reparación de la Carretera Central, y proyectó y en algunos casos construyó varias importantes carreteras. Realizó también estudios para la construcción de acueductos y de obras de regadío; construyó almacenes de depósito para los frutos agrícolas, y almacenes de refrigeración para los de descomposición rápida en diversas provincias, y planeó, comenzó o ejecutó totalmente otras obras de beneficio general.


“El Gobierno del Presidente Batista realizó otras numerosas obras públicas, además de las que estuvieron a cargo de la Comisión de Fomento. Consistieron dichas obras en cuarteles y otras construcciones para uso militar, hospitales, escuelas, carreteras y obras de mejora y de embellecimiento urbano en la capital de la República y en diversas ciudades y pueblos de las seis provincias de la nación.


“Entre otras medidas dictadas por el gobierno de Batista merecen mencionarse las de reparto de tierras del Estado a familias campesinas y el aumento de los salaries de las clases trabajadoras. Este aumento pudo efectuarse con los mayores ingresos obtenidos por Cuba con la venta de las zafras y compensaron el aumento del costo de la vida a causa de la guerra.


“La Constitución de la República, puesta en vigor en abril de 1940, prohíbe la reelección del presidente hasta pasados dos términos del fin de su período presidencial, de manera que el presidente Batista no podía ser reelecto. Próxima la fecha en que habrían de celebrarse las elecciones para designar al nuevo presidente, a los miembros del Congreso, los gobernadores, alcaldes, etc., el Partido Revolucionario Cubano (Auténtico) y el Partido Republicano formaron la "Alianza", agrupación política que designó candidato a la presidencia de la República al doctor Ramón Grau San Martín, y Vicepresidente al doctor Raúl de Cárdenas y Echarte. Las demás agrupaciones políticas, Partido Liberal, Demócrata, ABC y Socialista Popular, formaron una Coalición política que designó candidatos a la presidencia y vicepresidencia de la república al Dr Carlos Saladrigas y Zayas y al Dr. Ramón Zaydin y Márquez Sterling, respectivamente. La propaganda electoral se llevó a cabo por las dos coaliciones políticas con entera libertad y garantías que fueron ofrecidas y hechas efectivas por el gobierno. Las elecciones se celebraron con perfecto orden y absoluta tranquilidad en toda la nación, sin protestas de ninguna de las dos partes. La votación arrojó una considerable mayoría a favor de la candidatura presidencial y vicepresidencia) de la Alianza, aunque los candidatos de la Coalición obtuvieron también una fuerte votación a su favor. Tan pronto como los partes de las elecciones acusaron una mayoría a favor del Dr. Grau San Martín, el Dr. Carlos Saladrigas y el presidente Batista hicieron declaraciones públicas reconociendo el triunfo de la candidatura de la Alianza y deseándole los mayores éxitos al presidente y al vicepresidente electos, a los cuales se apresuraron a visitar y a felicitar, ofreciendo una prueba del progreso de Cuba en el respeto y el cumplimiento de las buenas prácticas democráticas y cívicas.


“El 10 de octubre de 1944 el presidente Batista cesó en el cargo que pasó a ser ocupado por el presidente electo Dr. Ramón Grau San Martín.



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Más información relacionada con los temas tratados en este capítulo:

Foto de Fulgencio Batista y Zaldívar en 1956.





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Última Revisión: 1 de Junio del 2006
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