La ciudad de San Cristóbal es la cabecera del término municipal por su propio nombre. Este municipio se encuentra al sureste en la provincia de Pinar del Río, Cuba. Cruza por esta ciudad la sección occidental de la Carretera Central; a una distancia por esta vía de 95 kilómetros al oeste de la ciudad de La Habana y 80 kilómetros al este de la de Pinar del Río.

San Cristóbal se encuentra situado en una llanura de terrenos elevados y fértiles, al pie de varias lomas y a la orilla del río por su nombre. Los orígenes de su fundación hay que ir a buscarlos en una casa que se edificó en el mismo lugar que hoy ocupa el pueblo, en terrenos del realengo de San Cristóbal, cedidos a una familia. Al pasar frente a dicha casa el Camino Real de Vueltabajo (que fue más tarde reemplazado con la Carretera Central), sirvió de base para la creación del poblado.

Visto el crecimiento que tenía gracias a su localidad en la vía de Vueltabajo, lo benigno de su clima y lo fértil de sus tierras, en 1830 el caserío tomó el nombre de San Cristóbal de los Pinos y se creó la capitanía pedánea. Su iglesia, de tablas y tejas y de una sola nave, de los primeros días de la fundación se reemplazó por suscripción entre los vecinos con un nuevo templo de mampostería, techos de cedro, tres naves y una torre, inaugurándose en 1843 bajo la advocación de Santa Cruz. En ese mismo año y continuo a la iglesia se edificó el cementerio con muros de mampostería, frente de hierro y una capilla anexa, siendo el conjunto verdaderamente notable.

El 22 de enero de 1880 un temblor de tierra agrietó al magnífico templo parroquial de tres naves. Tuvo que ser demolido para evitar un posible desplome. En 1912 y bajo la advocación del Niño Jesús de los Pinos se inauguró la nueva iglesia construida en su lugar.

En la guerra de Independencia el término de San Cristóbal fue teatro de combates entre los mambises y las tropas españolas. Por lo que se refiere a la ciudad de San Cristóbal hay que hacer constar que por esta ciudad pasó una parte de las fuerzas de invasión al mando del general Antonio Maceo y de Cayito Alvarez, sumándose a los libertadores muchos de los hombres del pueblo.