De Consolación del Sur salimos directamente para Los Palacios, donde esperábamos recibir correspondencia.

Los Palacios, como que durante la última guerra resultó completamente destruida, es hoy una Villa de aspecto más moderno que otras de Vuelta Abajo. Sus calles bien trazadas y muy rectas y anchas, ameritarían alguna pavimentación, que librara a vecinos y visitantes de ese polvo tan abundante y tan molesto y tan colorado que todo lo echa a perder.

Una población de 13490 habitantes tiene todo el Término, y de ellos 3328 pertenecen a la Cabecera y 2557 a Paso Real que le sigue por orden de importancia. La superficie del Término es de 800 km² con 7 barrios.

La mortalidad es bastante elevada, como lo es casi siempre en donde abunda el polvo y escasea el agua para la higiene personal, o es deficiente la potable.

La que se bebe en la Cabecera procede de pozos comunes, y también del Río de Los Palacios.

Dominan las enfermedades gastro-intestinales, y a veces aparecen casos de fiebres paratíficas y también de tifoidea. Recientemente hubo un brote de paludismo.

El caballeroso Jefe Local de Sanidad Dr. Marino P. Rojas es activo y celoso de su deber, pero, él también se ve obligado a extender los beneficios de la higiene oficial hasta los apartados Barrios de Paso Real y de Bacunagua, ambos históricos: el primero desde que los Baños de San Diego fueron conocidos y frecuentados y por la acción del mismo nombre en la guerra por la independencia; y el segundo por los atrevidos ataques de los insurrectos a su línea férrea. Otro lugar histórico es el conocido por El Toro.

Las defunciones y los nacimientos, en el Término de Los Palacios, fueron, durante el semestre de Septiembre de 1920 a Marzo de 1921:

Un promedio anual de 23 por mil.

Las causas de la inferioridad de los segundos son las mismas que registramos al hablar de otros Términos.

El presupuesto municipal de 1920 a 1921 fue de $30,635.02.

El Término de Los Palacios es bastante próspero.

En la misma Villa tiene un Central importante, antes establecido en la Provincia de Matanzas, y que hoy lleva el mismo nombre del Término. Otro Central, "La Francia", (antes Virginia) pertenece a una Sociedad Anónima,, mientras el Central Los Palacios está en manos cubanas, siendo propiedad de la conocida casa Hijos de Luis A. Fernández (Vecino distinguido que por sus virtudes y filantropías ha dejado en el pueblo un recuerdo Imperecedero).

Existen en el Término de Los Palacios muchas fincas donde se cultiva el tabaco (de semi-vuelta).

En las más importantes se efectúa el regadío: por ejemplo en las denominadas "La Purísima Concepción", "N. S. de Regla", "La Victoria" o "Providencia", "El Charco", etc. Se aprovechan las aguas del Río de los Palacios, y de algunas lagunas.

La más importante laguna es la de Macurijes. También hay otros ríos, como el de Santo Domingo, el Río de San Diego, que en parte de su curso baña el Término de Los Palacios, el arroyo Manso, etc.

Se cultiva la yuca en regular escala y hasta se abrigó el proyecto de fundar una fábrica de almidón, ignorando nosotros el por que se haya después abandonado.

En los montes hay cantidad de árboles de cedro y pinos, de los que se explota la madera.

El ganado existente al terminar el año pp. consistía en 29,605 cabezas de ganado vacuno; 3110 de caballar, y 174 de mular y asnal.

También fueron denunciadas varias minas; de ello hemos hablado en el Capitulo de Minería.

Pertenecen también al Término de Los Palacios los antiguos Baños de mar de Dayaniguas, descritos por Noda; de ellos trataremos más adelante.

En la Cabecera del Término no existía al momento de nuestra visita, sociedad cultural alguna, pero un grupo de individuos de la raza (le color, proyectaba la creación de una, próximamente.

T. S. de Noda decía que Los Palacios, situado a la orilla izquierda del Río de Macurijes (antaño Macorij) había sido fundado en un llano arenoso, antiguamente llamado Sabana de las Ciegas, y perteneciente a una hacienda, de Juan Sánchez (a. 1590).

Lo describía Noda como un pueblito pequeño pero alegre, con techos de tejas y pórticos a las casas; a 31 leguas de la Habana, a 3 y media leguas de la Sierra de Los Organos al Oeste, a 3 de los Baños de San Diego y 14 de Pinar del Río. En 1760 había aún algunas familias de antiguos indígenas.

En 1819 contaba con 22 casas y unas 50 en 1840.

Existía una sola calle ancha que terminaba en el Río, hasta el año de 1829, y once años más tarde ya había dos calles y otro grupito de casitas por el lado poniente del Río.

Alrededor vegas de tabaco, y a media legua al Oriente del pueblo un hermoso pinar (del Ciego) recordado por las décimas populares que cantaban su continuo movimiento al impulso de la brisa.

En 1819 los habitantes de todo el Partido eran 593; con una escuelita de 6 alumnas; en 1839 hablase aumentado la población a 1685 individuos. No era mucho, pero por contra abundaban los perros, costumbre antigua, acaso motivada por las frecuentes correrías de los piratas.

La iglesia de Los Palacios existía ya en 1763, pero mudóse de lugar varias veces: desconocemos la historia de ella.

Las fiestas de Semana Santa daban mucho movimiento a Los Palacios, así como en general a todos los puntos de la región vueltabajera; y desde entonces las peleas de gallos se mezclaban a las manifestaciones religiosas.

Se dice que la familia Hernández, muy antigua en Los Palacios, instituyó allí la fiesta de la Santa Cruz, lo que motivó insensiblemente el cambio del apellido Hernández en el de la Cruz.

No encontramos dato alguno que confirmo la leyenda de que se apellidaran Palacios, los fundadores del pueblo que nos ocupa; y no sabemos qué fundamento tenga esta afirmación, citada en varias ocasiones por aficionados a la Historia.