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“El Coronel Consuegra Nuevo Jefe de la Policía”
“Cambio de Mandos:”

Presentamos el artículo acerca del Coronel Consuegra lo más fiel posible a como comienza en la página 62 de la Bohemia publicada el 24 de Febrero del 1952; Año 44, Número 8.






El Coronel Consuegra Nuevo Jefe de la Policía
por Juan Amador Rodríguez
(Fotos de Barcala)
(Especial para Bohemia)

El Coronel Consuegra siendo entrevistado por Juan Amador Rodríguez

“Es tarea dura, pero necesaria” -nos dice enérgico, mientras signa el papel con un lápiz rojo. “Demasiado dura -agrega- porque este mal lo hemos venido padeciendo desde hace años. Sin embargo, estamos dispuestos a luchar de cualquier forma por ofrecer a nuestra sociedad su mayor anhelo: vivir sin temor”.


Los últimos acontecimientos que tuvieron lugar la semana pasada, han situado al nombre del Teniente Coronel Juan Consuegra Valdés en el primer plano de la actualidad Nacional, al ser designado como Jefe de la Policía, sustituyendo al Coronel Cecilio Pérez Alfonso, el que se restituyó a su antiguo mando del Quinto Distrito Militar. El teniente Coronel Juan Consuegra nació en Camagüey, hijo único del matrimonio formado por el Comandante del Ejército Libertador Juan Consuegra Zayas, perteneciente al Estado mayor del Generalísimo Máximo Gómez y la Sra. María Valdés. Hizo sus primeros estudios en la ciudad agramontina, trasladándose posteriormente, cuando apenas contaba veinte años de edad, a los Estados Unidos de Norteamérica, ingresando en el Find Lay Ohio, USA. A su regreso se incorporó al Ejército Nacional, trabajando primero en el Central Agabama, en Santa Clara. A los pocos años de pertenecer al ejército ingresó en la Escuela de Cadetes, graduándose en el año 1941. De entonces acá ha recibido numerosos ascensos, ostentando en la actualidad el grado de Teniente Coronel, inspector del Quinto Distrito Militar, Jefe de la División Central de la Policía Nacional en Comisión de Servicio. Comas detalle curioso agregamos que en los cuadros militares se le conoce como “la ley” por la austeridad en el cumplimiento de sus deberes.


El Coronel Consuegra

Se inclina un poco hacia adelante, el tabaco entre los dedos. “Erradicaremos definitivamente el gangsterismo” -nos dice, y queda de medio perfil con el ceño fruncido y los ojos clavados en un punto lejano.


Cuando llegamos a la Jefatura de la Policía Nacional, con el propósito de entrevistarle para la Revista BOHEMIA, estaba rodeado de oficiales y ayudantes del ejército y la policía. Hacia sólo 48 horas de haber asumido el mando y no cesaba un solo instante de establecer medidas, de revisar informes. Cuando nos ve aparecer se levanta solicito y nos invita a pasar a su despacho.


El Coronel Consuegra y el mapa de La Habana

El coronel Consuegra estudia el mapa de La Habana, intrincado y difícil, tratando de adivinar con su olfato militar, dónde pueden estar metidos los gángsteres que intranquilizan a la sociedad cubana y campean por sus respetos, regando de sangre nuestras calles y nuestras casas.


-“Estoy demasiado atareado - nos dice- pero siempre dispuesto a complacer a la prensa. Pase, pase y siéntese. No sabe Ud. la cantidad de trabajo que estoy realizando. Desde mi nombramiento no descanso.”

Nosotros pasamos al despacho y tomamos asiento a su lado.

-Hemos venido a entrevistarle para la revista BOHEMIA, Coronel, -le decimos.

-Con mucho gusto, señor Amador. Estoy a su disposición.

-Coronel, nosotros desearíamos que Ud. dijera algo al pueblo cubano sobre sus propósitos en el nuevo mando.

El Coronel Consuegra se inclina hacia delante, hace una breve pausa antes de comenzar y nos dice con palabras enérgicas, precisas.


El Coronel Consuegra, al igual que muchos de los militares y policías de Cuba, eran militares de carrera.

“Este es mi mayor orgullo -nos dice mientras toma entre sus manos el diploma obtenido en la academia militar-. Significa el comienzo de mi carrera. Fue cuando me gradué de cadete en el Morro, en el año 1941”.


-Para un militar no hay más propósito que el de cumplir con su deber. A ese fin y no a otro responden todas mis actividades. Inicio mis labores cumpliendo la responsabilidad que el Estado cubano me ha asignado. Por lo pronto mi principal divisa es la de preservar la estabilidad nacional, la de vigilar fielmente el libre destino de una sociedad democrática como la nuestra, la de hacerme digno de la confianza depositada en mí por el Honorable Señor Presidente de la República, y contribuir con mi conducta al prestigio ganado de la Institución a que pertenezco. Espero tener el pleno apoyo de la sociedad cubana y la colaboración necesaria y eficaz de la prensa.


El Coronel Consuegra

Pone una mano sobre la pierna izquierda mientras con la otra golpea el brazo del butacón. “Haré todo lo posible por hacerme acreedor de la confianza depositada en mi. Confío en cada uno de los ciudadanos del pueblo de Cuba, tanto como en la responsabilidad de los miembros oficiales de la República”.


Nosotros intentamos hacerle algunas otras preguntas que consideramos de gran trascendencia nacional, pero el Coronel Consuegra, parco en palabras, austero en sus pronunciamientos, evade cada una de ellas.

-“No me gusta valorizar actitudes o posturas que no hacen al caso referir, -nos dice- Yo soy un militar”. Y nos habla en tono elogioso del ex Jefe de la Policía el Coronel Cecilio Pérez Alfonso quien fue jefe suyo -nos agrega- en el Quinto Distrito Militar.

A su despacho van llegando algunos miembros del ejército y la policía, trasmitiéndole informes que él recibe y contesta. Llamadas telefónicas. Ordenes, toda una serie de medidas puestas, en práctica. “He reforzado la guardia de toda la ciudad con marinos y soldados”.

-¿Lo cree Ud. necesario? le preguntamos.

-Lo creo eficiente -nos responde- pues ya sabe Ud. que es mejor prevenir que lamentar.


El Coronel Consuegra y su familia

“Aquí tiene usted todo mi tesoro, señor periodista: mi esposa, mis dos hijos y mi adorable, madre, rehacia a las actividades del fotógrafo”. Carmita no puede evitar una mueca de desagrado, mientras Juanito asume la mejor pose para que lo vean después sus compañeros de colegio, atendiendo a la abuela que le advierte que no mire hacia la cámara.


La hora se ha hecho avanzada. Se nota que en el rostro del Coronel Consuegra hay huellas de cansancio. Se seca el sudor. Hace una pausa, mientras fija los ojos a través de la ventana. “Mi mayor anhelo será que el pueblo de Cuba acoja mi labor en la única forma en que yo la proyecto: siendo útil”. Y va paseándose ante nosotros, y súbitamente nos dice: “Pero vamos a casa. Ya es tarde y quiero que conozca a mi esposa y mis hijos. Hace 48 horas que no los veo”... Salimos del despacho y nos dirigimos hasta la Calle 88 y Tercera en el Reparto Miramar. Allí completamos el reportaje. Ante nosotros apareció su residencia, bordeada de jardines. “La poseo hace 8 años.” Y nos conduce a su interior, al encuentro con la familia que hemos presentado a ustedes, la familia del nuevo Jefe de la Policía Nacional, Coronel Juan Consuegra Valdés. Después de múltiples atenciones recibidas, después de algunos instantes de plena cordialidad nos marchamos. Por el camino nos quedaba grabada la figura de este hombre enérgico, decidido, que constituye una interrogación al futuro. Mientras tanto la sociedad cubana, cansada de tanto crimen impune, de tantos sobresaltos, de tanta inseguridad, se pregunta si este cambio de Jefe, operará eficazmente, erradicará la amenaza de dar al traste con las instituciones de la Nación.


El Coronel Consuegra y su familia

Carmita y Juanito aprovechan la estancia de “papi” en la casa, obligada por la presencia de Bohemia, para charlar después de 48 horas de no haberlo visto, por el exceso de trabajo que embarga al nuevo Jefe de la Policía Nacional. El Coronel Consuegra nos habla en esos momentos afirmándonos que ya su hijo es cabo en la escuela militar donde cursa estudies junto al hijo del fraterno compañero, Guayo.


El Coronel Consuegra y su esposa

Su gentil y bella esposa, señora Carmita Valdés de Consuegra, le mira sonriente mientras él la contempla callado, con la muda comprensión de largos años de plena identificación, mientras nos dice: “Hasta ahora vivíamos tranquilamente en la paz hogareña, pero los deberes militares de Juan, le imponen el sacrificio de alejamiento, ya que todas las horas las dedica al esfuerzo de servir mejor a la República”.






| Publicación del 24 de Febrero del 1952 | Revista Bohemia |
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Última Revisión: 1 de Mayo del 2004
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